Evolución,
Anaciclosis
y
Dialéctica social de la Historia
Comentamos mediante enlaces
relevantes un texto del Libro VI de las Historias
de Polibio, cuyo objetivo es explicar cómo pudo surgir el
imperio
universal de los romanos. Polibio cifra la fortaleza de Roma en el
equilibrio de su constitución, que combina democracia, monarquía y
aristocracia. Pero en su razonamiento preliminar expone una original
visión de cómo se desarrollan los sistemas políticos—es decir, las
sociedades organizadas con sus gobiernos— y cómo surgen unos de otros
por necesidad; una necesidad que se enraíza en última instancia en las
características de la naturaleza humana y de las reacciones sociales
que suscita la acumulación de poder.
Anaciclosis
se ha llamado a esta
idea de que los regímenes políticos atraviesan necesariamente por
ciclos. Pero más allá de la teoría de las constituciones o de la
política, es un pasaje crucial, éste de Polibio, en el sentido de que
es una primera exposición del desarrollo cultural humano mediante un
proceso evolutivo y emergente: evolución sociocultural de instituciones
y relaciones, y emergencia de instituciones complejas sobre la base de
una historia y de una tradición política. Las formas más complejas se
crean a partir de las simples; una vez surgidas, las formas complejas
operan sobre las simples de modo dialéctico, y a la vez experimentan la
reacción también sin precedentes de esas formas simples. Esta
dialéctica social seráa desarrollada por Vico en toda una teoría de la
cultura como generación de símbolos, rituales e instituciones por un
proceso similarmente emergente.
El
razonamiento de Polibio acude con
frecuencia a algunos conceptos hoy muy manejados por la sociobiología:
la constitución de la sociedad en el altruismo recíproco, y el problema
de primer orden que suponen para la sociedad los parásitos y las castas
de parásitos asociados: o sea, los que ven en ella un recurso a
explotar, en lugar de una sociedad a la que contribuir. Incluyo aquí
los fragmentos más centrales, en la traducción de Manuel Balasch
(Gredos-RBA, 2007). También
contiene este pasaje algunas reflexiones de interés para comprender a
las castas parasitarias actuales, ya sean griegas o españolas.
Sigue el texto de Polibio, con
comentarios parentéticos en cursiva, y enlaces añadidos.
3. Las diversas constituciones. De
aquellos estados griegos que con frecuencia han llegado a ser grandes
y, con frecuencia también, han experimentado un cambio total en
dirección opuesta, resulta fácil la interpretación del pasado y la
predicción de su futuro. En efecto: describir lo que ya se sabe no
ofrece dificultades, y predecir el futuro no es nada intrincado si nos
guiamos por lo que ya ha sucedido. Pero en el caso concreto de los
romanos no es nada sencillo ni comentar la situación actual, debido a
la complejidad de su constitución, ni predecir el futuro, porque
ignoramos sus instituciones pretéritas, tanto las públicas como las
privadas. Se precisa, pues, una atención no vulgar en la investigación
si se pretende alcanzar una sinopsis nítida de las cualidades
distintivas del régimen romano.
La mayoría de los que quieren instruirnos acerca del tema de las
constituciones, casi todos sostienen la existencia de tres tipos de
ellas: llaman a una "realeza", a otra "aristocracia" y a la tercera
"democracia". Pero creo que sería muy indicado preguntarles si nos
proponen estas constituciones como las únicas posibles, o bien, ¡por
Zeus!, solamente como las mejores. Me parece que en ambos casos yerran.
En efecto, es evidente que debemos considerar óptima la constitución
que se integre de las tres características citadas. De ella hemos
encontrado una experiencia no teórica, sino práctica cuando Licurgo
estructuró la primera constitución de los espartanos, que presentaba
estas peculiaridades. Sin embargo, tampoco se puede admitir que sólo
existan estas tres variedades: hemos visto constituciones monárquicas y
tiránicas que, aunque difieran grandemente de la realeza, parece que
tengan cierta afinidad con ella: de ahí que todos los monarcas mientan
y usen del nombre "realeza" mientras les es posible. Han existido
también muchas constituciones oligárquicas que parecen tener alguna
semejanza con las aristocracias, cuando, por así decir, distan mucho de
ellas. Y la misma afirmación es válida para la democracia.
4. La verdad de lo dicho se demuestra por lo siguiente: no todo
gobierno de una sola persona ha de ser clasificado inmediatamente como
realeza, sino sólo aquel que es aceptado libremente y ejercido más por
la razón que por el miedo o la violencia. Tampoco debemos creer que es
aristocracia cualquier oligarquía; sólo lo es la presidida por hombres
muy justos y prudentes, designados por elección. (Obsérvese que según la definición de
Polibio, la "democracia" española es, en realidad, una oligarquía demagógica, con ínfulas
de aristocracia, y presidida por una monarquía de dudosa realeza).
Paralelamente,
no debemos declarar que hay democracia allí donde la turba sea dueña de
hacer y decretar lo que le venga en gana. Sólo la hay allí donde es
costumbre y tradición ancestral venerar a los dioses, honrar a los
padres, reverenciar a los ancianos y obedecer las leyes; estos
sistemas, cuando se impone la opinión mayoritaria, deben ser llamados
democracias. Hay que afirmar, pues, que existen seis variedades de
constituciones: las tres repetidas por todo el mundo, que acabamos de
mencionar, y tres que les son afines por naturaleza: la monarquía, la
oligarquía y la demagogia. La primera que se forma por un proceso
espontáneo y natural es la monarquía, y de ella deriva, por una
preparación y una enmienda, la realeza. Pero se deteriora y cae en un
mal que les congénito, me refiero a la tiranía, de cuya disolución nace
la aristocracia. Cuando ésta, por su naturaleza, vira hacia la
oligarquia, si las turbas se indignan por las injusticias de sus jefes,
nace la democracia. A su vez, la soberbia y el desprecio de las leyes
desembocan, con el tiempo, en la demagogia. Se puede constatar
clarísimamente la verdad de mis afirmaciones, si nos paramos a pensar
en los principios naturales, la génesis y las transformaciones de cada
constitución, porque sólo quien considera cómo nace cada una de ellas
podrá entender también su desarrollo, su culminación, sus
transformaciones, su final y cómo, cuándo y de qué manera acontecen. He
creído que ésta es la manera más adecuada a mi exposición,
principalmente en lo que atañe a la constitución romana, porque explica
naturalmente, a partir del principio, su estructura y su crecimiento.
5. Quizás la exposición de las transformaciones naturales de una
constitución en otra se profundiza más en Platón y otros filósofos,
pero tales estudios resultan complicados y muy largos, y,
consecuentemente, son accesibles a pocos; aquí intentaremos sólo llegar
a lo que exige la historia política y el nivel medio de la
inteligencia; procuraremos recorrer compendiadamente la materia. Si la
presentación da la impresión de adolecer de deficiencias por el hecho
de ser generalizadora, el examen detallado de los temas tratados a
continuación compensará sobradamente las dudas que ahora puedan quedar.
¿A qué orígenes me refiero y de dónde afirmo que surgen las primeras
comunidades políticas? (Aquí
vemos cómo Polibio, al igual que hará Vico, hace surgir al género
humano a partir de una cultura básicamente animal o brutal, lo
que Vico llamaba "los cíclopes"
y que hoy llamamos los homínidos antecesores del hombre. Naturalmente
no es darwinista Polibio, y no se ocupa del origen de los cuerpos
humanos, pero sí en cierto modo de cómo surge una sociedad humana sobre
la base de comportamientos básicamente animales, gracias a una historia
y a una tradición acumulativa y dialéctica. Tampoco ve el surgimiento
de la humanidad como un fenómeno único, sino al estilo griego, un
acontecer cíclico debido a catástrofes que acaban con la civilización y
devuelven al ser humano a la barbarie o a la brutalidad. Es también
Polibio, por tanto, el primer escritor que trata la sociedad
post-apocalíptica). Cada vez que por inundaciones, por
epidemias, por malas cosechas o por otras causas por el estilo se
produce un aniquilamiento de la raza humana, como los que sabemos que
ya se han dado, razón que hace pensar que se repetirán, incluso con
frecuencia, en tal caso desaparecen las costumbres y las habilidades de
los hombres. Cuando los supervivientes se multiplican de nuevo como una
simiente y, a medida que transcurre el tiempo, llegan a ser multitud,
entonces ocurre, por descontado, lo
mismo que con los seres vivos restantes: los hombres se reúnen.
Es lógico que lo hagan con sus congéneres, en razón de su debilidad
natural. Ineludiblemente el que sobresalga por su vigor corporal o por
la audacia de su espíritu dominará y gobernará. En efecto: lo que se
comprueba en las otras especies irracionales vivientes, debemos
considerarlo como obra
rigurosamente auténtica de la naturaleza.
Y entre los demás seres vivos es notorio que se imponen los más
fuertes: así entre los toros, los jabalíes, los gallos y otras bestias
semejantes. Es natural que al principio también las vidas de los
hombres discurran así, en
manadas, como los animales:
se sigue a los más fuertes y vigorosos. Su límite en el gobierno es su
fuerza; a eso podemos llamarlo "monarquía". Pero cuando, con el tiempo,
en estos grupos de hombres la
convivencia hace surgir el compañerismo
se da el inicio de la realeza, y entonces por primera vez nacen entre
los humanos las ideas de belleza y de justicia, e igualmente las de sus
contrarios.
6. La manera como estas nociones nacen y se desarrollan es la
siguiente: los seres humanos tienden por naturaleza a la unión sexual,
de la que se sigue el nacimiento de hijos; cada vez que uno de ellos,
llegado a la edad adulta, no agradece ni presta ayuda a los que le
cuidaron en su crecimiento, sino que, por el contrario, les daña y
habla mal de ellos, es lógico y natural que esto desagrade y ofenda a
los que lo ven y saben los cuidados de los progenitores, las angustias
que pasaron por sus hijos y cómo los alimentaron y se preocuparon de
ellos. El linaje humano se distingue de los otros seres vivos en que
sólo él puede razonar y calcular; (Aquí
disentimos y decimos con Darwin —en El Origen del Hombre—que
la diferencia es de grado, no absoluta, y que los animales también son
animales racionales en cierta medida variable. Por lo demás, el
razonamiento de Polibio sobre los hijos, si puede parecer ingenuo, no
lo
es tanto: las conductas altruistas no sólo se heredan, sino que también
se aprenden y se reproducen, en primer lugar en la familia como primer
lugar de educación en el altruismo y en las relaciones sociales
primigenias) no sería natural que los hombres no se
apercibieran de la diferencia reseñada; los otros seres vivos,
ciertamente, la desconocen. Los hombres tienen conciencia de lo
sucedido y se indignan al punto, porque prevén el futuro y piensan que
también a ellos les puede ocurrir algo parecido. (Una
vez más tenemos a un Polibio sociobiológico: la analogía empática, la
reciprocidad, y la capacidad de imaginación humana, como bases de las
leyes y de la vigilancia social para preservar el altruismo. Las
instituciones sociales y leyes se basan por tanto en la empatía
recíproca, nótese bien: el mundo social que surge de Ich und Du). Y
así cuando, para poner otro ejemplo, alguien que está apurado recibe de
otro una ayuda o un socorro, y no se muestra agradecido a su
bienhechor, antes al contrario, procura dañarle: es claro y natural que
los que se dan cuenta de ello se enojen contra un hombre así y les
repugne, irritados por tal ofensa al prójimo e imaginándose a sí mismos
en aquella situación. De todo esto nace en cada hombre una cierta
noción del deber, de su fuerza y de su razón, cosas que constituyen el
principio y la perfección de la justicia. De modo semejante, siempre
que un hombre defienda a los restantes en un riesgo y se oponga y
resista la arremetida de los animales más fuertes, es natural que la
masa del pueblo le otorgue distintivos de honor y de favor, pero
de
reprobación y de disgusto, a quien hubiera hecho lo contrario. Y
así
también es explicable que en las gentes nazca un concepto de lo bueno y
de lo malo, así como de la diferencia que hay entre estas dos nociones.
La primera será objeto de imitación y de emulación, por las ventajas
que comporta; la segunda lo será de repulsa. (—Y
explicado queda pues, con este razonamiento polibiano, el problema del
altruismo que tanto preocupó a Darwin: si el altruismo es en estricto
cálculo inmediato perjudicial para el altruista, más perjudicial es
todavía la pérdida de reputación social, en un mundo social en el que
el la base de la identidad del individuo es su identidad social y las
consideraciones sociales sean absolutamente prioritarias).
Cuando, entre estos hombres, el jefe, el que detenta la suprema
autoridad, pone su fuerza de acuerdo con las nociones citadas, en
armonía con los pareceres de la multitud, de modo que sus súbditos
llegan a creer que da a cada uno lo que merece, aqui ya no actúa el
miedo a la fuerza bruta; es, más bien, por una adhesión a su juicio por
lo que se le obedece y se conviene en conservarle en el poder incluso
cuando envejece; le protegen y combaten a su favor contra los que
conspiran para derrocarlo (—obsérvese
el criterio para distinguir la horda primigenia de la que hablaba Freud
también, en Totem y Tabú,
de los atisbos de sociedad organizada—la autoridad ya no se basa en la
fuerza física, sino en el respeto basado en unos fundamentos de razón,
justicia, alianzas de poder, y respeto al orden social). De
esta manera se pasa inadvertidamente de la monarquía a la realeza,
cuando la supremacía pasa de la ferocidad y la fuerza bruta a la
razón. (Bien
decía Oscar Wilde, en "The Rise of Historical Criticism", que se
advertía un cierto espíritu moderno en Polibio al tratar la génesis de
las instituciones sociales. Ver mi artículo Benefit of
Hindsight: Polibio, Vico, Wilde, y el emergentismo crítico).
7. Así
se forma naturalmente entre los hombres la primera noción de justicia y
de belleza, y de sus contrarios, éste es el principio y la génesis de
la realeza auténtica. Y el poder es reservado no solamente a estos
reyes, sino también a sus descendientes, al menos en la mayoría de
casos, pues el pueblo cree que los engendrados por tales hombres y
educados por elos tendrán unas disposiciones semejantes. Si
eventualmente los descendientes de estos reyes son causa de disgusto,
la elección de nuevos reyes y de gobernantes ya no se hace según el
vigor corporal o el coraje, sino según la superioridad de juicio y de
razón, pues las gentes ya tienen experiencia, basada en las mismas
obras, de la diferencia existente entre los dos tipos de cualidades.
Antiguamente, una vez elegidos para la realeza, los que detentaban esta
potestad envejecían en ella: fortificaban y amurallaban los lugares
estratégicos y adquirían tierras, tanto por razones de seguridad como
para garantizar abundancia de lo necesario a sus subordinados. Al
propio tiempo, el afanarse por esto les libraba de toda calumnia y
envidia, porque ni en los vestidos ni en la comida ni en la bebida se
distinguían de los demás. Llevaban una vida muy semejante a la de sus
conciudadanos, pues en realidad compartían la del pueblo. Pero cuando
los que llegaban a la regencia por sucesión y por derecho de familia
dispusieron de lo suficiente para su seguridad y de más de lo
suficiente para su manutención, entonces tal superabundancia les hizo
ceder a sus pasiones y juzgaron indispensable que los gobernantes
poseyeran vestidos superiores a los de los súbditos, disfrutaran de
placeres y de vajilla distinta y más cara en las comidas y que en el
amor, incluso en el ilícito, nadie pudiera oponérseles. De ahí surgió
la envidia y la repulsa que, a su vez, causó odio y una irritación
maligna. En suma, la realeza degeneró en tiranía, principio de
disolución y motivo de conspiraciones entre los gobernados. Los
complots, los organizaba no precisamente la chusma, sino hombres
magnánimos, nobles y valientes, porque eran ellos los que menos
podían soportar las insolencias de los tiranos.
8. La masa, cuando recibe caudillos, junta su fuerza a la de ellos por
las causas ya citadas y elimina totalmente el sistema real y el
monárquico; entonces empieza y se desarrolla la aristocracia. el
pueblo, en efecto, para demostrar al instante su gratitud a los que
derribaron la monarquía, les convierte en sus gobernantes y acude a
ellos para resolver sus problemas. Al principio, estas nuevas
autoridades se contentaban con la misión recibida y antepusieron a
todo el interés de la comunidad; trataban los asuntos del pueblo, los
públicos y los privados, con un cuidado prudente. Pero cuando, a su
vez, los hijos heredaron el poder de sus padres, por su inexperiencia
de desgracias, por su desconocimiento total de lo que es la igualdad
política y la libertad de expresión, rodeados desde la niñez del poder
y la preeminencia de sus progenitores, unos cayeron en la avaricia y en
la codicia de riquezas injustas, otros se dieron a comilonas y a la
embriaguez y a los excesos que las acompañan, otros violaron mujeres y
raptaron adolescentes: en una palabra, convirtieron la democracia en
oligarquía. Suscitaron otra vez en la masa sentimientos similares a los
descritos más arriba; la cosa acabó en una revolución idéntica a la que
hubo cuando los tiranos cayeron en desgracia.
9. Porque si alguien se apercibe de la envidia y el
odio que la masa profesa a los oligarcas y se atreve a decir o a
hacer algo contra los gobernantes, encuentra al
pueblo siempre dispuesto a colaborar.
Inmediatamente, tras matar a unos oligarcas y desterrar a otros, no se
atreven a nombrar un rey, porque temen todavía la injusticia de los
pretéritos; no quieren tampoco confiar los asuntos de estado a una
minoría selecta, pues es reciente la ignorancia de la anterior.
Entonces se entregan a la única confianza que conservan intacta, la
radicada en ellos mismos: convierten la oligarquía en democracia y es
el pueblo quien atiende cuidadosamente los asuntos del estado. Mientras
viven algunos de los que han conocido los excesos oligárquicos, el
orden de cosas actual resulta satisfactorio y se dienen en el máximo
aprecio la igualdad y la libertad de expresión. Pero cuando aparecen
los jóvenes y la democracia es transmitida a una tercera generación,
ésta, habituada ya al vivir democrático, no da ninguna importancia a la
igualdad y a la libertad de expresión. Hay algunos que pretenden
recibir más honores que otros; caen en esto principalmente los que son
más ricos. Al punto que experimentan la ambición de poder, sin lograr
satisfacerla por sí mismos ni por sus dotes personales, dilapidan su
patrimonio, empleando todos los medios posibles para corromper y
engañar al pueblo. En consecuencia, cuando han convertido al vulgo,
poseído de una sed insensata de gloria, en parásito y venal, se
disuelve la democracia, y aquello se convierte en el gobierno de la
fuerza y de la violencia, porque las gentes, acostumbradas a devorar
los bienes ajenos y a hacer que su subsistencia dependa del vecino,
cuando dan con un
cabecilla arrogante y emprendedor,
al que, con todo, su pobreza excluye de los honores públicos,
desembocan en la violencia. La masa se agrupa en torno de aquel hombre
y promueve degollinas y huídas. Redistribuye las tierras y, en su
ferocidad, vuelve a caer en un régimen monárquico y tiránico.
10. Éste es el ciclo de las constituciones y su orden natural, según se
cambian y tranforman para retornar a su punto de origen. Quien domine
el tema con profundidad puede que se equivoque en cuanto al tiempo que
durará un régimen político, pero en cuanto al crecimiento de cada uno,
a sus transformaciones y a su desaparición es difícil que yerre, a no
ser que su juicio resulte viciado por la envidia o por la animosidad.
En lo que, particularmente, atañe a la constitución romana, es
principalmente a partir de estas consideraciones como llegaremos a
entender su formación, su desarrollo y su culminación, y, al propio
tiempo, el cambio en dirección inversa que se producirá a partir de
este estado. Porque si hace poco tiempo que lo he dicho de otras
constituciones, la romana posee igualmente un principio natural desde
sus comienzos, un desarrollo y una culminación, así que experimentará
de modo semejante una recesión hacia sus principios, cosa que se
podrá comprobar por las partes que seguirán a ésta.
—oOo—
Referencias
Darwin,
Charles. El origen del hombre.
Ed. y
trad. Joandomènec Ros. Apéndice
de Carles Lalueza-Fox. (Austral, Ciencias, 754). Madrid:
Espasa-Calpe,
2012.
Facebook
(Casta
Politica – La Politica è una missione e non un mestiere a scopo di
lucro).
https://www.facebook.com/castapolitica/?ref=ts
2022
Facebook
(Spanish Revolution).
https://www.facebook.com/SpanishRevolution?ref=ts
2022
Flesch,
William. Comeuppance.
Cambridge (MA) and London: Harvard UP, 2007.
Freud,
Sigmund.
Totem y tabú: Algunos aspectos
comunes
entre la vida mental del hombre primitivo y los neuróticos. In
Freud, Obras completas.
Madrid: Orbis, 1988.
9.1744-1850.
García
Landa,
José Angel. "Julio César." Vanity
Fea 21 nov. 2008.
http://garciala.blogia.com/2008/112101-julio-cesar.php
2008
_____.
"Grandiosa secuencia de
acontecimientos." Vanity Fea 16
abril
2009.
http://vanityfea.blogspot.com/2009/04/grandiosa-secuencia-de-acontecimientos.html
2009
_____.
"Con quién cooperamos." Vanity Fea 7
mayo 2010.
http://vanityfea.blogspot.com/2010/05/con-quien-cooperamos.html
2010
_____.
"En tiempos de los
c�clopes." Vanity Fea 15
julio
2011.
http://vanityfea.blogspot.com/2011/07/en-tiempos-de-los-ciclopes_15.html
2011
_____.
"Dieta generalista (compitiendo
con los ogros)." Vanity
Fea 11 agosto
2011.
http://vanityfea.blogspot.com/2011/08/dieta-generalista-compitiendo-con-los.html
2011
_____.
"Lógica de la narratividad según
Polibio." Vanity Fea 12 abril
2012.
http://vanityfea.blogspot.com.es/2012/04/logica-de-la-narratividad-segun-polibio.html
2012
_____.
"The Social Conquest of Earth."
Notas sobre el libro de E. O.
Wilson. Vanity Fea 14 agosto
2012.
http://vanityfea.blogspot.com.es/2012/08/the-social-conquest-of-earth.html
2012
_____.
"Benefit of Hindsight: Polibio, Vico, Wilde y el emergentismo
crítico." ResearchGate 20
agosto
2012.
https://www.researchgate.net/publication/33419850
2012
_____.
"La construcción afectiva de la realidad social (The Affective
Construction of Social Reality)." SSRN 21
March 2016.
http://ssrn.com/abstract=2752402
2016
Gibbon,
Edward. The History of the
Decline and Fall of the Roman Empire. En red en Christian
Classics Ethereal Library.
http://www.ccel.org/ccel/gibbon/decline/files/decline.html
2007
Polibio.
Historias: Libros V-XV. Trad.
y notas de
Manuel Balasch Recort. (Biblioteca Clásica Gredos, 43). Madrid: Gredos,
1981.
Vico,
Giambattista. Ciencia nueva.
Ed.
Rocío de la Villa. (Colección Metrópolis). Madrid: Tecnos, 1995.
Wikipedia.
"Joseph
Stalin." Wikipedia: The Free
Encyclopedia.
https://en.wikipedia.org/wiki/Joseph_Stalin
2022
Wilde,
Oscar. The Rise of
Historical Criticism. In Celt
(Corpus of Electronic
Texts).
http://www.ucc.ie/celt/published/E800003-001/
2007
Wilson,
E. O. The Social Conquest
of Earth. New York y Londres: Norton-Liveright,
2012.