Hindsight
Bias
en "Of Prophecies" de Francis Bacon
Al fenómeno de la distorsión retrospectiva o hindsight bias ya le he dedicado bastantes
trabajos, e incluso un blog monotemático, al que denomino "Retrospection".
Se ha popularizado alrededor del año 2000 sobre todo en cuestiones
de análisis económicos, y también en medicina, aunque es una cuestión
inherente a la filosofía de la historia, la teoría de la narración,
etc. Interdisciplinar, vamos, como la narratología misma.
Podríamos definir la distorsión retrospectiva o hindsight bias
como una ley psicológica de la percepción, contraria en sus efectos a
la conocida ley Gestaltista de "la primacía de las primeras
impresiones." Se supone (y es cierto) que las primeras impresiones de
un objeto, persona, fenómeno, etc., marcan y perduran, y que las
percepciones subsiguientes son modificaciones efectuadas sobre la base
de una primera impresión que ha marcado ya la tónica. Ahora bien, puede
igualmente sostenerse lo contrario: la importancia de las últimas
impresiones, y por allí llegamos a la distorsión retrospectiva. Las
experiencias recientes actúan retroactivamente sobre las anteriores, e
incluso sobre las primeras impresiones, distorsionándolas, de modo que
podríamos hablar de la primacía de
las últimas impresiones. "Nunca digáis de un hombre que ha sido
afortunado hasta que haya llegado su última hora" decía el coro de Edipo Rey, y puede servirnos de
ejemplo de hindsight bias.
Las últimas impresiones modifican todo lo que ha venido antes, lo
someten a su ley, y lo convierten en una mera preparación de lo que iba
a seguir.
Que la cuestión es compleja puede colegirse del hecho de que
ambas leyes tienen su parte de verdad—la primacía de lo primero, y la
primacía de lo último. Parafraseando a Samuel Beckett, podríamos decir
que al principio, es el principio lo que parece lo más importante.
Luego se ve que era la parte de enmedio la más importante, y al final,
es el final lo que resulta ser lo más importante. Pues a fin de cuentas
es el final lo que queda, cuando todo acaba.
Sirva de ejemplo del uso del concepto de hindsight bias en teoría económica
este artículo de Mari Adam
sobre las previsiones engañosas, o ilusiones de previsiones acertadas,
en materia de inversiones:
Speaking
last week at
an investment conference,
behavioral finance expert Dr. Richard Thaler of the University of
Chicago warned listeners how hindsight bias can play havoc with your
investment strategy. In simplest terms, hindsight bias is “the tendency
to remember that our forecasts were better than they really were” or
the “I knew it all along” effect.
Looking
back, we think we knew or suspected something was going to happen
before it happened. For example, how many times have you heard people
say “they saw the tech bubble coming in 1999″ or they “saw the signs
that the market was going to crash in 2008?”
The
problem is that empirical research shows our recollections are just not
correct. Looking back after an event, test subjects claim “they knew it
all along.” But prior to the event, results show they had no idea
what was really going to happen.
Hindsight
bias has a very powerful – and usually negative – effect on our
investment behavior. How can we keep it from sabotaging our
investment strategy?
Process, Not
Prognostication
Investors need to start by
acknowledging that their forecasting ability is far from perfect, and
rely instead
on a disciplined, systematic investment strategy
rather than ”hunches” or “instincts” to grow their wealth. That’s why
sticking to a consistent asset allocation, rather than trying to time
the market, is a proven and successful investment technique.
Investment adviser Larry Swedroe
puts it well. “The
bottom line is that hindsight bias is very dangerous. It causes
investors to recall their successes, but not their failures.
It also causes investors to believe that investment outcomes are far
more predictable than they actually are.” To combat the effects of
hindsight basis, make sure you have a rational basis for buying or
selling an investment (you might even find it helpful to write down
your reasons on paper). Back up your decisions with facts instead of
relying on “perceptions.” Compare performance results with relevant
benchmarks to improve your objectivity.
Curb Your
Overconfidence
“The most
obvious result of hindsight bias is overconfidence among investors.
It leads them to believe that just because they predicted past events,
they can do the same for the future and invest accordingly. However,
these predictions invariably turn out to be wrong ” writes financial
journalist Vivek Kaul of India’s Economic Times.
Los Angeles financial planner
David Zuckerman agrees. “One of the most important
implications of hindsight bias is that it gives investors a false sense
of security when making investment decisions. Overestimating the
accuracy of past forecasts can lead to excessive risk taking.”
This was confirmed in a 2008 study
of investment bankers in London and Frankfurt that found traders with
higher levels of hindsight bias did worse in managing investments and
those with lower levels of hindsight bias had better investment
results. Why? Researchers suggest that hindsight-biased
traders didn’t recognize that their view of the market was wrong,
underestimated risk, and failed to learn from mistakes. Those with a
more realistic appreciation of their abilities and limitations
correctly measured and managed risk.
Respect the
Random, Irrational and Unknown
In his 2007 book, author Nassim
Taleb popularized the idea of a “black swan” event — one highly
unlikely and unpredictable but potentially extreme in impact.
Unfortunately, ”black swan” events, like the 2008 Great Recession or
the housing meltdown, seem to happen more often than would be
predicted, partially as a result of hindsight bias which causes us to
minimize the variability and volatility of everyday events.
A good investor
recognizes that life does not always play out according to plan.
Expect the unexpected. Ask yourself what can go wrong and hedge
against it, rather than focus exclusively on what you believe will go
right. Remember why we stress the mantra of
diversification. It’s not to increase returns; it’s to protect
you should events not turn out exactly as you would like.
De Taleb ya hablamos a este
respecto en "El
efecto Mateo y la calidad retroactiva".
Bien, a lo que iba. Trazar la historia del concepto de hindsight bias
es problemático, porque es a la vez amplio y difuso—se difunde en
multitud de fenómenos relacionados, y por supuesto normalmente no se
usa este término para cubrirlos a todos. De hecho, en teoría narrativa
y literaria no se viene usando el término, aunque son frecuentes las
teorizaciones relativas a retrospección y hindsight, y al contraste entre
expectativas pasadas y presentes de narradores o personajes. Por
ejemplo en las caracterizaciones del yo
narrador frente al yo narrado
(o yo personaje) en narratología, al discutir las novelas en primera
persona, o al establecer la diferencia de perspectiva entre las
modalidades narrativas de la novela en forma de memoria (con
conocimiento retrospectivo amplio por parte del narrador) y la novela
en forma de diario o cartas (con escasa perspectiva retrospectiva por
parte del narrador). Yendo muy atrás, podríamos remontarnos a los
análisis aristotélicos sobre la noción de argumento o mythos, que (tal como mostró Paul
Ricœur en Temps et récit) es
un instrumento de configuración temporal inherentemente
retrospectivo—contiene en sí, por así decirlo, un hindsight bias
de oficio, pues el principio está allí narrado con vistas a lo que será
el final del argumento; van ligados principio medio y final en una
lógica causal-temporal que no es sólo prospectiva, sino también
retrospectiva. No sabemos dónde comenzó la historia, a menos que
sepamos dónde acaba.
Como digo, es difícil discernir cada momento de la consciencia de
la
mente crítica en el que estas cuestiones van haciéndose explícitas, y
reflexivamente conscientes—es decir, cuando no sólo se "comete" la
falacia de la retrospección, pues ha de cometerse siempre de una manera
u otra, al ser inherente a la existencia temporal y a la comprensión
del pasado, sino que también, además de cometerse o realizarse, se
entiende o analiza, con conocimiento crítico, identificando el
fenómeno, mostrando sus modalidades, y y poniéndole nombre. En "La
lógica de la narratividad según Polibio"
señalábamos en el historiador griego Polibio un caso temprano de
conciencia crítica de esta imbricación paradójica del presente, el
pasado y el futuro en la narración.
Otro momento clave de la consciencia crítica sobre la distorsión
retrospectiva aparece con el pensamiento crítico de la primera
modernidad, en esta ocasión en la obra de Francis Bacon. Ilustrado avant la lettre,
Bacon busca combatir la ignorancia y las supersticiones populares, a la
vez que apunta un tanto maquiavélicamente la utilidad que tienen para
manejar a los crédulos, que son muchos. En muchos aspectos de su obra
aparece esta visión crítica, en especial en su discusión sobre los ídolos,o
"falacias cognitivas" diríamos hoy, que obstaculizan el entendimiento
y la correcta comprensión de las cosas. Hay diversas categorías de
ídolos: los del foro, los del teatro, los de la tribu, los de la
caverna...
Probablemente haya que colocar la propensión humana al hindsight bias, y a la creencia en
profecías,
entre los ídolos de
la tribu,
es decir, los relativos a las propensiones cognitivas y limitaciones de
la mente humana, como son el establecimiento de categorías dicotómicas,
o o la confusión entre secuencia y causalidad (post hoc non ergo propter hoc). Los Essays de Bacon pueden leerse aquí.
Veamos lo que dice Bacon sobre el hindsight
bias en su ensayo sobre las profecías, "Of Prophecies",
donde busca desacreditar a farsantes, estafadores y falsos profetas
tipo Nostradamus. Presenta varios casos de profecías popularmente
consideradas acertadas, por ejemplo, la predicción del descubrimiento
de América en Séneca:
--Venient annis
Saecula
seris, quibus Oceanus
Vincula
rerum laxet, et ingens
Pateat
Tellus, Tiphysque novos
Detegat
orbes; nec sit terris
Ultima
Thule:
y termina el ensayo con este párrafo jugoso:
There
are numbers of the like kind; especially if you include dreams, and
predictions of astrology. But I have set down these few only, of
certain credit, for example.
My judgment is, that they ought all to be
despised; and ought to serve but for winter talk by the fireside.
Though when I say despised, I mean it as for belief; for otherwise, the
spreading, or publishing, of them, is in no sort to be despised. For
they have done much mischief; and I see many severe laws made, to
suppress them. That that hath given them grace, and some credit,
consisteth in three things. First, that men mark when they hit, and
never mark when they miss; as they do, generally, also of dreams. The
second is, that probable conjectures, or obscure traditions, many times
turn themselves into prophecies; while the nature of man, which
coveteth divination, thinks it no peril to foretell that which indeed
they do but collect: as that of Seneca's verse. For so much was then
subject to demonstration, that the globe of the earth had great parts
beyond the Atlantic, which might be probably conceived not to be all
sea: and adding thereto the tradition in Plato's Timaeus and his
Atlanticus, it mought encourage one to turn it to a prediction.
The third and last (which is the great one) is, that almost all of
them, being infinite in number, have been impostures, and by idle and
crafty brains merely contrived and feigned, after the event past.
En este párrafo de Bacon se echa de ver cómo el fenómeno de la
profecía queda explicado por un complejo de diversas tendencias: sólo
nos acordamos de las profecías acertadas, y olvidamos las erradas. Es
un primer caso de distorsión retrospectiva. El segundo caso se debe a
la vaguedad: tras un acontecimiento, tendemos a leer como un caso de
referencia directa a él, en la profecía que lo precedió, lo que no es
sino una vaguedad o generalidad que podría haberse aplicado igualmente
a otras muchas cuestiones diferentes o a otros acontecimientos de ese
mismo carácter que puedan suceder. Nuestra atención se centra de manera
distorsionadora (hindsight bias)
en la relación destacada por la mente entre la profecía y el evento, y
podría decirse que por mero Gestaltismo, se crea una ilusión de
profecíoa acertada.
Y el tercer caso es todavía otra variante más de un razonamiento
muy consciente del hindsight bias.
Un hindsight bias en
segundo grado quizá podría llamarse: pues en este caso, no es que la
profecía preceda al acontecimiento, sino que lo sigue: y la profecía es
inventada después y plantada falsamente en un momento anterior, por
falsificación o engaño: de modo que puede permitirse ser mucho más
exacta y precisa que en los casos anteriores.
Sean o no concebibles otras variantes, hay que colocar a Bacon en lugar
destacado entre quienes, lejos de limitarse a ejercer con alegría la
distorsión retrospectiva, la sometieron a crítica racional, y empezaron
a conceptualizar sus mecanismos y modalidades.
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