Complejo debate.
El lugar de la Universidad en la sociedad. Coordenadas históricas: Estado, Academia o Mercado.

Debate que remite de lleno a una ontopraxeología del conocimiento y el poder.

La construcción social de la Universidad responde a un modelo que tal vez, más allá de universidades boloñesas o anti-boloñesas, deba ser repensado junto con otros modelos que apuntalan nuestro mundo, nuestro medio-ambiente, nuestros modos de producción y nuestro modo de entender el conocimiento al servicio de la construcción de otros mundos posibles.

El intercambio social de valores de las realidades académicas, asociados a las ideas (escasas, pero bien mercantilizadas en publicaciones, méritos y favores) es un efecto y un obstáculo de una política universitaria cada vez más próxima a la coordenada mercado y a su traducción social como servicio.
Del otro lado, encarecimiento de las tasas, alargamiento de las acreditaciones de títulos y competencias, bancos de másteres prácticamente de obligado cumplimiento, etc.

El efecto es la causa y viceversa, difuminándose finalmente cualquier modo inteligible de definir la cuestión en términos causales. Y sobre esta indeterminación, todos parecemos chantajeados. Todos intentamos guardar un equilibrio, eufemismo de impotencia o de auto-engaño reparador que nos protege los referentes éticos y evita hacer tambalear el sentido de la vida profesional forjado. A mayor libertad, mayor débito. Eso sí, cuidadosamente traducido en responsabilidad.

¿Las propuestas enlazadas son irresponsables? ¿O son convenientes para los tiempos que corren? ¿Avivan y por tanto depuran la profundidad de los argumentos de todas las posiciones implicadas? Quizás las abordemos cuando no nos quede más remedio que ser egoístamente altruistas.

No seamos ingenuos. No hay finales felices.
Pero… ¿por qué necesariamente éste?